
M. Night Shyamalan cierra su trilogía superheroica con «Glass (2019)», continuación de «El protegido (Unbreakable; 2000)» y «Múltiple (Split; 2016)». Mezcla de thriller psicológico y aventura de superhéroes que, y esto era de esperar, se acerca al nivel de la segunda entrega pero se queda lejos de la primera.
Shyamalan se lo pasa bien con su juguete, experimentando con unos superhéroes que habitan un mundo que desconoce que estos existen. De exquisito lenguaje narrativo y gran puesta en escena, -nada nuevo para quienes conocemos bien el trabajo del cineasta-, «Glass», no obstante, peca de oportunista, de contar algo que ya se nos había contado hace tiempo y de mejor manera, y de subrayarlo todo en exceso (hay demasiada explicación a través de los diálogos de los personajes).
La última película de Shyamalan es irregular (debo añadir que, personalmente y a pesar de sus defectos, la he disfrutado mucho), de acuerdo, pero tiene, entre otras cosas, detalles de lenguaje cinematográfico a destacar y un interés por distanciarse de lo establecido que es muy de agradecer. Que no es poco en los tiempos que corren.
No me cansaré de decirlo: prefiero a un cineasta que se arriesga (aunque luego pueda darse un batacazo), que a un cineasta que no quiere salir de su zona de confort (y que solo pretende cumplir con el expediente).
Discussion about this post